Como veis, cada vez que voy a poner el iPod o el móvil encima de una mesa no lo hago directamente, lo pongo encima de una especie de esponja que es la que suele venir dentro de las fundas para móviles haciendo de relleno. Y sí, lo hago siempre. Hasta tengo una en el trabajo. Cuando no está así encima de una mesa, está dentro de una funda; y me paso el día limpiándole la pantalla con la gamuza que te traen los estuches de las gafas.
En casa me dicen que soy una maniática.
No me gustan los protectores de pantalla.
Se los puse a mis primeros Smartphones: un iPhone 3GS y un HTC One S, y luego los probé en el que tengo ahora, un LG Nexus4; y llegué a la conclusión de que, como nunca le dejo éstos aparatos a los niños, no llevo las uñas largas y las pantallas suelen ser bastante resistentes (Gorilla Glass y esas cosas), paso de ponerle ninguno.
Te voy a contar un secreto... Yo no uso las esponjas... Y la pantalla, bueno, no es que dé asco, pero tiene como microrayaduras. Lo de los protectores lo usé en su momento también y cierto, los descarté porque me rebajaba la experiencia de usuario, el tacto no era el mismo.
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