jueves, 9 de abril de 2009

Reflexión profunda

Dicen que al morir no desaparecemos del todo ya que somos energía, y la energía no se destruye... se transforma. No sé qué decir; vale que al nacer estamos llenos de energía, somos como una súper pila alcalina nuevita; pero al envejecer, a penas nos queda energía, o ninguna, la “pila” se agota y sólo queda el “envase” (nuestro cuerpo). Otra cosa es el que muere en un accidente o de repente, que aún le queda energía a “esa pila”.

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